Su voz emite un quejido casi sobrehumano de raíces ancestrales que se va elevando y los asistentes se van quedando callados presa del encantamiento que se engendra desde el escenario. Y los sueños toman forma de música y la música de duende,y todo es magia y sortilegio. Están escuchando al mas grande de los hechiceros de la voz y el sentimiento. Esta cantando Camarón de la Isla. Bendito seas.
27 marzo, 2008
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